Por Isaac Tame, Doctor en Historia

Cinco importantes arquitectos mexicanos del clasicismo contemporáneo

Una definición necesaria

¿De qué se habla cuando se expresa el término clasicismo contemporáneo? Bueno, existen elementos para afirmar que la arquitectura neoclásica, que nació en el siglo XVIII, no ha concluido y que pervive hasta la actualidad a través de su segunda etapa histórica: la del llamado eclecticismo de los revivalismos historicistas.

Esta segunda etapa del estilo Neoclásico, que tiene lugar tras de una primera que fue de neoclasicismo puro, se caracteriza por sumar el lenguaje neoclásico, en una postura ecléctica, con uno o varios lenguajes más, tomados del pasado arquitectónico clásico, como pueden ser el románico, el gótico, el bizantino, el morisco, el renacentista, el barroco, entre otros muchos.

Es así como se habla, en esta segunda etapa del Neoclásico, de neorrománico, neogótico, neobizantino, neomorisco, neorrenacentista, neobarroco, según corresponda.

La pervivencia de la arquitectura clásica

Es decir, es comprobable que, a pesar de la irrupción de la arquitectura de gusto moderno, gestada principalmente en la Bauhaus, y de su aparente triunfo, la arquitectura clásica contemporánea sigue contando con quienes solicitan que se les diseñe y construya en dicho estilo.

El autor de las presentes líneas ha elaborado una línea del tiempo, de al menos un ejemplo de primer orden de edificación en estilo clásico contemporáneo por año, de 1919 (nacimiento de la Bauhaus) hasta 2025. En dicho estudio, el término primer orden se refiere no al tamaño de una edificación (se documentan incluso casetas de vigilancia o salones exentos de usos múltiples) sino a su calidad artística y estética.

Esta línea del tiempo, con más de 200 casos de estudio, cuenta con ejemplos de todo el mundo (y no solo de Europa y América), incluyendo países del África Subsahariana, del Medio Oriente, del Asia Central, del subcontinente indio, del Extremo Oriente y de Oceanía.

Cinco arquitectos mexicanos

El caso de México ilustra bien este fenómeno, pues presenta, desde el primer cuarto del siglo XX, inclusive, y hasta el día de hoy, un destacable número de arquitectos que han construido y aún construyen arquitectura clásica contemporánea.

Empero, sobresalen cinco de ellos, que son motivo del presente artículo. Estos arquitectos que descuellan sobre los otros son Vicente Mendiola Quezada (1900-1993), Manuel Caco Parra Mercado (1911-1997), Arnold (Noldi) Schreck (1921-2009), José Luis Ezquerra de la Colina (1934-2016), y Jorge Loyzaga González (nacido en 1938, aún activo).

A continuación, se muestra una pequeña semblanza de cada uno de ellos, indicando sus principales obras construidas.

Mendiola, el arquitecto de espíritu renacentista

Vicente Mendiola Quezada (1900-1993) nació en Chalco y pasó su infancia en El Oro, Estado de México, antes de trasladarse a Toluca para cursar el bachillerato. Estudió arquitectura en la Academia de San Carlos en la Ciudad de México, donde también se formó en artes plásticas bajo la tutela de maestros como Saturnino Herrán.

Esta doble formación influyó en su carrera, destacándose como arquitecto, pintor y escultor. Su vida estuvo marcada por una pasión por la enseñanza, que desarrolló como docente en la Universidad Nacional (UNAM). También dio clases en la Escuela Mexicana de Arquitectura de la Universidad La Salle de la capital. Recibió el Premio Nacional de las Artes.

Si bien tiene obras Art Déco, como la Inspección de Policía y Cuartel de Bomberos (1928), el edificio de Teléfonos de México (1929) o la Fuente de Petróleos (1952), su eclecticismo siempre lo llevó de vuelta a diseñar con elementos clásicos (especialmente de estética neorrenacentista) y virreinales adaptados a la construcción moderna.

Esto lo hizo distanciarse de Juan O'Gorman y de José Villagrán. La lista de sus obras es enorme, pero destacan algunos de los mayores ejemplos de clasicismo contemporáneo en el país, tan de moda en su época y luego tan criticado, como son la Fuente de la Diana Cazadora (1938), el Palacio Federal de Toluca (1948), el Palacio Municipal de Guadalajara (1952) y la fachada y obras de conclusión de la Catedral de Toluca (1979).

También dejó un legado artístico de cientos de acuarelas y esculturas pequeñas que rara vez vendía, prefiriendo conservarlas o regalarlas a sus cercanos.



Caco Parra, el arquitecto de San Ángel y Coyoacán

Manuel Parra Mercado (1911-1997), apodado por sus amigos como el Caco Parra, era sobrino de Antonio Rivas Mercado, uno de los principales arquitectos (neoclásicos) del Porfiriato. Estudió, tardíamente, inscribiéndose a los 28 años, arquitectura en la Academia de San Carlos.

En su trabajo reutilizaba piezas provenientes de las demoliciones de casonas antiguas, resignificándolas, bien en detalles en fachadas, bien en espacios nuevos. Fue, además de arquitecto, diseñador de interiores y de mobiliario, escultor, ceramista, escenógrafo de cine y pintor. Construyó mayormente en la ciudad de México, así como en Guanajuato, Nuevo León, Morelos, Guerrero, Veracruz y en California, Estados Unidos.

Forjó un estilo propio y característico, marcado por la reinterpretación de la arquitectura de las haciendas virreinales y porfirianas mexicanas, pero esta vez en un entorno urbano como el de la capital. La gran cantidad de casas y otros proyectos que construyó en los barrios de Coyoacán y San Ángel hacen que se le considere como uno de los principales responsables de que estos se mantengan como unidades más o menos cohesionadas en cuanto estilo hasta hoy.

Es decir que su obra se integraba armoniosamente con el paisaje, respetando las características arquitectónicas y naturales de los alrededores. Parra fue uno de los principales arquitectos que propugnaron por una arquitectura respetuosa con la historia y con el entorno social en el que se desarrollaba: con la tradición popular mexicana en general, algo que se ve reflejado tanto en sus diseños como en su elección de materiales, formas y colores.

En su momento fue incomprendido por un gremio ya para entonces mayoritariamente afín a la arquitectura de gusto moderno. Sin embargo, nunca le faltaron clientes, pues supo crear para ellos espacios que ofrecen intimismo y calidez, muy buena acústica, e interesantes juegos de luces, sombras y penumbras, al punto de que se le considera como un arquitecto de culto. Continuó con la tradición de muebles llamados coloniales, más con un estilo personal al que llamó, en inglés, early mexican handmade furniture.



Schreck, el arquitecto del jet set internacional

Arnold (Noldi) Schreck (1921-2009) fue un arquitecto ruso-suizo-mexicano nacido en Yakutsk, Rusia, donde su madre era miembro de una familia de aristócratas y su padre, que era suizo, trabajaba como ingeniero naval en Siberia. Con la Revolución Rusa, su familia perdió todo y su madre, una vez viuda, se dirigió con el pequeño Arnold para vivir con la familia paterna en Suiza. Allí padecieron penurias económicas.

Estudió diseño de interiores en Zurich. Trabajó en Italia, Francia y Reino Unido, antes de llegar a Estados Unidos donde se desempeñó como escenógrafo en Hollywood. En Beverly Hills, quedó maravillado con el estilo colonial californiano y decidió de debía dedicarse a la arquitectura.

Comenzó a construir en este estilo en México y estableció su despacho en la Zona Rosa, un espacio turístico de la capital. Allí llegó a buscarlo en 1966 el príncipe Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, que actuaba como promotor inmobiliario en España, y quien de viaje por Cabo San Lucas y Acapulco se había hospedado en hoteles construidos por él. Le pidió a Shreck que diseñara algo para el conjunto urbano que se estaba entonces planificando, conocido como Marbella Club en Costa del Sol.

Una vez en España, Schreck conoció a José Banús, amigo muy cercano del dictador Francisco Franco. El arquitecto diseñó también el llamado Puerto Banús para su nuevo cliente. Este puerto se convirtió en un destino visitado por personas de todo el mundo, especialmente de Europa, Medio Oriente y Estados Unidos.

A lo largo de su carrera, Schreck observó como pocos la relación entre la arquitectura y la cultura del consumo masivo, entendiendo que la estética del lujo podía integrarse perfectamente con la funcionalidad de los espacios urbanos y turísticos.

Su enfoque hacia el diseño arquitectónico fue a menudo un punto de encuentro entre la modernidad, la tradición arquitectónica y urbana y lo aspiracional, en pleno auge de la llamada cultura del jet set, vinculada a los viajes, el lujo y la vida social exclusiva. La arquitectura que desarrolló durante este periodo fue pensada para satisfacer las necesidades de una élite cosmopolita, buscando la elegancia, la sofisticación y el confort. Puerto Banús es, hasta hoy, un ejemplo de ello.



Ezquerra, el arquitecto lejanista

José Luis Ezquerra de la Colina (1934-2016) nació en Santander, España. En 1946 su familia emigró a México y se establecieron en Puebla, donde cursó secundaria y preparatoria. A los 18 años se trasladó a la capital para estudiar arquitectura en la Universidad Nacional (UNAM).

Su desarrollo como arquitecto estuvo marcado por un desencanto con las formas establecidas, lo que lo llevó a interesarse por explorar nuevas relaciones con el espacio y los materiales. Se le reconoce por su inclinación hacia una arquitectura más sensible y filosófica, que se alejaba de la pragmática estricta de la arquitectura para ese entonces
dominante.

Su crítica constante a la aridez y falta de originalidad que cada vez más mostraba la arquitectura de gusto moderno le hizo ganarse numerosos enemigos, e incluso fue la causa de que fuera despedido como profesor de una de las principales universidades privadas de la zona metropolitana de la ciudad de México.

En cambio, él siempre cultivó el gusto por la arquitectura clásica, desarrollando incluso un estilo propio al que llamó lejanismo, el cual puede definirse como un tipo de mezcla ecléctica entre el revival del neoclásico protorracionalista, el mudéjar y la arquitectura tradicional de las islas griegas.

Su principal trabajo fue el conjunto hotelero en la playa de Las Hadas, en Manzanillo, Colima. Además de en México, hizo proyectos en Estados Unidos, en Europa y en Medio Oriente. Dejó un legado arraigado en la reflexión sobre la arquitectura como un medio para conectar al ser humano con sus entornos natural y espiritual. Su obra sigue siendo una fuente de inspiración para aquellos que buscan una arquitectura que no solo sea moderna, sino también sensible y respetuosa con el contexto cultural y geográfico.



Loyzaga, el arquitecto que preserva tradiciones

Jorge Loyzaga González nació en 1938. Es un artista cuya obra se caracteriza por un profundo respeto y preservación de las tradiciones arquitectónicas mexicanas. A lo largo de su carrera, ha mantenido un enfoque que fusiona los principios de la funcionalidad con una preocupación por la conservación de la identidad cultural del país. Loyzaga ha sido un firme defensor de la arquitectura que se enraíza en el contexto local, utilizando materiales tradicionales y adaptando técnicas constructivas que permiten que sus proyectos dialoguen de manera armónica con el entorno y la historia.

Influenciado por el legado de los grandes maestros de la arquitectura clásica, así como de la arquitectura virreinal y vernácula mexicana, Loyzaga se dedicó a investigar y reinterpretar elementos arquitectónicos tradicionales, buscando la manera de traerlos al presente sin perder de vista sus raíces culturales. Sus proyectos no solo son un ejercicio formal de virtuosismo estilístico, sino una manera de recuperar el saber hacer de generaciones pasadas. Esta preocupación por las técnicas tradicionales la manifiesta cuando ejecuta soluciones contemporáneas como ventanales amplios que permiten la entrada de luz natural, o el aprovechamiento de la vegetación para generar un espacio armónico entre la casa y la naturaleza.

Este equilibrio entre tradición y modernidad es una constante en su obra. Ha sido un firme defensor de la necesidad de que los arquitectos actuales se inspiren en su contexto cultural, para no perder de vista la identidad que define a un pueblo. Hoy, Jorge Loyzaga sigue siendo un referente en la arquitectura mexicana, con una obra que continúa siendo fuente de inspiración para aquellos que creen en la importancia de la tradición y la identidad en la arquitectura. Su legado es el de un arquitecto que no solo busca innovar, sino también preservar lo mejor del pasado para las generaciones futuras. En su despacho, que abrió en 1968, trabaja hoy junto con sus dos hijas, Sophia Alexandra y Anna Fernanda Loyzaga Palm. Tienen obras en México, en Estados Unidos y en Europa.



Conclusión

Estos cinco arquitectos aquí presentados son la prueba palpable de que en México persiste el gusto por la arquitectura clásica contemporánea. Ellos cinco muestran de sobra cómo ha continuado la ejecución de ejemplos de primer orden de este tipo de edificios, desde los años 20 de siglo XX, cuando llega a México la arquitectura racionalista, y hasta hoy. Los cinco han tenido una trayectoria sumamente destacada con una gran cantidad de obra construida cada uno.

En una próxima entrega se hablará de otras dos categorías de arquitectos del estilo clásico contemporáneo en México. Por un lado, arquitectos que tuvieron o bien una sola gran obra en este estilo, o una cuantas, para, posteriormente, dedicarse a la arquitectura de gusto moderno.

Por otro, constructores (no siempre arquitectos) que, si bien no destacan por uno o más proyectos emblemáticos, sí ejecutaron una numerosa creación en dos variantes historicistas que permanecen hasta hoy en el corazón y la memoria de los mexicanos: el así llamado estilo neocolonial en general y, en particular, su variante llamada colonial californiano.


Fuentes

Cruz Hernández, Graciela. Vicente Mendiola Quezada. Instituto de Investigaciones Históricas, Económicas, Políticas y Sociales. 7 de noviembre de 2018

Manuel Parra: Arquitecto. Revista Artes de México. Primera edición. 1 de mayo de 2008.

Supo el suizo Noldi Schreck dejar distintiva huella en el mundo. HispaVista. 31 de enero de 2011.

Ezquerra, Arquitectura Lejanista: Del Mudejarismo a la Modernidad. Primera edición. Editorial Coedi Mex. 2008.

Jorge Loyzaga: Classical and Harmonic Proportions. Rizzoli. New York. 2023.

Tame, Isaac. La arquitectura tradicional de Occidente, del “triunfo” de la Bauhaus a nuestros días. Universidad Iberoamericana. 2023.

Tame, Isaac. La persistencia de la arquitectura tradicional de Occidente. Universidad Iberoamericana. 2025.


Imagen cortesía de la página de Facebook de Casa Emilio “El Indio” Fernández.




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